martes, 14 de junio de 2011

Alma

Los seres vivos somos tan complejos y únicos, que ha algunos nos cuesta conformarnos con la idea que somos solo animales de carne y hueso, donde nuestros cerebros y circuitos neuronales logran explicar nuestras vivencias, emociones y pensamientos. Muchos han propuesto la existencia de algo más allá del cuerpo, que ha sido llamado alma.
¿Pero, qué es el alma? Surge gran dificultad en intentar explicar algo que no tiene posibilidad de medición, que es impalpable y que aborda todo nuestro ser.  Para pensar en ella nos obliga a ampliar nuestra consciencia e ir a registros que no siempre utilizamos.
Una primera aproximación sería pensarla como eso que nos da vida, tan bien representado en aquella chispa que da vida a Pinocho. Entonces si  nos da vida, ¿El alma se desarrolla en el vientre materno? o como lo que plantea la reencarnación,  ¿es un alma que ya existe que entra dentro del nuevo ser?
Estas preguntas nos remiten a que las personas solemos hacernos preguntas por el origen, de dónde venimos, cómo comenzó el mundo. A la única respuesta que podemos llegar es a mitos, siendo el más representativo el mito de la creación divina.  Se cree en la existencia de un ser todo poderoso que tiene forma de un hombre con barba blanca que está desde los cielos creando, cuidando, juzgando y enviando almas. Este mito a algunos les baja la ansiedad, ya que nuestro cerebro está acostumbrado a entender que todo tiene un principio y un fin.
Para mí el origen del alma no existe, siempre ha existido, estando entonces más de acuerdo con los planteamientos orientales. Sin embargo, más allá de creer que es un alma de otra persona que entra a nuestro ser, creo que es energía del universo que llena nuestro ser.
El alma, es nuestra esencia, lo más profundo de nuestro ser, es eso que nos hace la persona que somos. Para mí el alma es amor incondicional hacia todos los seres. Es energía del universo, contiene solo amor y energía positiva, pero es como un diamante, que debe ser pulido para que brille. No existen las almas malas, si no almas bloqueadas y poco purificadas.
Cada alma es única, ya que se ha desarrollado y crecido dentro de cada ser, pero al mismo tiempo es parte de del cosmos, es lo que nos hace a todos iguales, que nos lleva a juntarnos, a tener compasión, respeto y cariño.
El desarrollo del alma, no tiene que ver con la edad de las personas, puede haber un alma muy vieja y nutrida en un joven, como un alma muy joven en un anciano.
Para comenzar el proceso de pulido, primero hay que ser conscientes de su existencia y de la necesidad de nutrirla cada día. El alma se nutre con casi todo lo que pasa en nuestras vidas, no solo con cosas buenas. Se desarrolla cuando nos damos riendas sueltas para disfrutar de lo que acontece y cuando nos tropezamos y aprendemos de esta caída.
El alma es tan trascendente que muchas veces las personas se juntan o conectan por que tienen almas muy similares, aunque sean personas con cualidades o intereses muy distintos.
Cuando se producen estos encuentros, es más probable que se desarrollen relaciones profundas, amorosas y que la comprensión hacia el otro se vuelva fácil, sin tener mucha explicación para ello. Estos encuentros de almas es parte del proceso de pulido, y entre más consciente estemos de esto, más fácil será detectar almas similares. Así, que, ¡Que vivan los encuentros de almas! Ese momento glorioso donde dos seres potencian sus luces y se transmiten amor.
Cuidemos nuestra alma, conectémonos con ella, escuchemos su sabiduría, dejamos que sea ella quien guíe nuestro camino.
Un alma nunca tendrá suficiente pulido, ni nutrición y nunca es muy temprano o muy tarde para comenzar a nutrirla.