martes, 17 de mayo de 2011

¿Anhelado bienestar?

         Supuestamente uno de los grandes anhelos del ser humano es lograr sentirse subjetivamente bien, sano. Es decir, que cuando hace referencia a si mismo le parece que es una persona completa, no existen grandes problemas que lo atormenten o más bien superen o sobrepasen, se encuentra estable, tranquilo.
         Este anhelo me parece cuestionable, por una serie de factores. A mi parecer la sanidad mental o aquel “sentirse bien” es completamente subjetivo y no se relaciona directamente con la existencia de los variados estímulos del mundo exterior, las problemáticas externas constantes que nos vemos enfrentados, los grandes goces, o aquellos grandes acontecimientos que supuestamente condicionan nuestra felicidad. A pesar de que lo externo influye, cuantas veces nos hemos encontrado tristes en nuestras grandes vacaciones o tranquilos frente a un problema.
         En general, se cree que cuando estos “estímulos externos” negativos ya no estén presentes se llegará ha este estado de bienestar. Esta es una gran falacia, dado que estos nunca dejarán de existir. Sin embargo, esta creencia es muy cómoda y útil ya que remite el bienestar hacia fuera de las personas, a cuando aquello externo deje de suceder. Aquí comienza a aparecer este dejar para después o aquel esperar que el bienestar llegue de forma súbita, como un manto de luz que cae desde el cielo.
          Por otra parte, al parecer es mucho más fácil y cómodo el estatuto de enfermo, de malestar, nos acomoda más. Gracias a él nos podemos safar de nuestra responsabilidad como personas, de hacernos cargo del propio actuar. Cuantas veces hemos dicho o escuchado.. te hice daño por que estoy mal o debido a mi angustia no he podido rendir en mi trabajo etc. El malestar subjetivo, llamado angustia, miedo, preocupación, obsesión etc. es una de las mejores justificaciones a nuestras fallas e equivocaciones. Por esto, claramente ¿no es más fácil estar mal? ¿A la persona que está bien se le conceden estos “tratos especiales”? 
           Además, cuando se está bien, existe el miedo constante de caer en la angustia, este temor que en el futuro nos encontraremos con un gran abismo, y que este acantilado será muy grande si es que estamos bien. Por lo que es mejor estar encontrándose constantemente con él, para que así la caída sea más suave o caeremos en territorio conocido. El bienestar trae consigo una responsabilidad, como antes dije, es como aquel campeón deportivo que debe defender su título constantemente, por eso muchos prefieren no ser campeones.
          Sin embargo, debo recalcar que a pesar de que este estatuto pueda ser pensado como más fácil, las personas creemos estar huyendo o safándonos constantemente de él, muchas veces pensando que en el futuro estaremos mejor, reflexión que nos tranquiliza. Además, el estrés y la tensión son las primeras reacciones del ser humano, ya que biológicamente debemos gastar energía para poder relajarnos, ya que la contracción es un reflejo automático, en cambio la relajación implica un complejo proceso neuronal en donde es necesaria la energía ATP para realizarse.
            Dicen que el cuerpo humano es sabio, nuestra reacción más natural es el malestar, la tensión la alerta constante para defendernos de los grandes peligros externos.
         Creo que la única forma de lograr safarnos de estos mecanismos es vivir el bienestar día a día, es parar de gastar energía en buscar problemas y razones por lo cual no estamos bien, es simplemente aceptar la realidad de cada día, aceptar que el estar bien en ese día no implica absolutamente nada en el futuro, ni bueno ni malo, solo tranquilidad en el momento.
         Es por esto que este anhelo de bienestar me parece cuestionable, no es una obviedad, muchas veces nos vemos envueltos en la conformidad y facilidad de la enfermedad.

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