martes, 17 de mayo de 2011

Espirales

Hay ciertas personas que tenemos la suerte, pero también el peso de preguntarnos constantemente, cual es nuestro camino en este mundo. Otros le llaman sentido de vida o misión universal. ¿Por qué estoy aquí o para qué? A mi parecer estas no son preguntas estáticas, de una sola respuesta en un solo momento, es una sabiduría procesual, que va cambiando y creciendo con el tiempo. Son preguntas que mientras las nutramos y escuchemos, nos irán enriqueciendo cada vez más, siendo reconfortante encontrar alguna guía.

Me parece lógico comenzar la búsqueda en aquello que nos rodea, que nos es fácil aprehender.  Podemos situar nuestro sentido en conseguir cosas materiales, como un gran trabajo, una casa o mucho dinero.  Sin embargo, todas estas cosas pueden esfumarse en un instante, quedándonos desamparados y vacíos.
Un paso siguiente, ya subiendo un escalón ha algo más inmaterial, es poner el camino en una pareja. Mientras estemos con alguien que nos guíe, estaremos bien. ¿Pero qué pasa cuando no tenemos pareja o cuando esta nos deja? Es posible que nos volquemos en una búsqueda angustiosa de un rápido reemplazo, ciegos por la necesidad, podríamos caer en relaciones tormentosas y dañinas.
Yo propongo un camino más profundo, interno pero a la vez externo, completamente intocable e inmaterial, pero al mismo tiempo trascedente e infinito. Le he llamado sumergirse en espirales de amor.
Comenzando del entendimiento del amor como todo lo bueno del ser humano, ésta es una manera de vivir en él. 
Para que todo espiral gire, algo lo tiene que empujar. Para mí, todo comienza en cada relación interpersonal, tanto cercana como lejana. Se trata de estar abierto a entregar la luz interior, puede ser tan simple como regalar una sonrisa o tan complejo como crear una relación profunda. Se basa en intentar tocar al otro, aportar con algo, aunque sea muy mínimo, que lo acerque a su propia luz.
Esta entrega supuestamente desinteresada de amor, hace que comience a girar el espiral, ya que algo se ha movilizado en uno y en el otro. El amor solo trae consigo más amor, por lo que si nos esforzamos, poco a poco nos vamos rodeando de relaciones amorosas que nos nutren y llenan el alma.
Esta entrega no es desinteresada del todo, ya que cada vez que damos sabiduría, cariño y bondad, estamos recibiendo de alguna manera. Nos estamos acercando de poco al centro del espiral, donde finalmente estaremos rodeados de luz y paz.
A veces tenemos miedo a mostrarnos, tendemos a proteger y esconder lo propio, en vez de regalarlo. Creemos que nos volveremos vulnerables, que lo nuestro podría ser arrebatado. Sin embargo, es muy importante entender que cuando uno tiene el corazón abierto, éste siempre apela a lo bueno y sano de cada persona, por lo que estamos seguros.
Cuando vivimos en este espiral, de a poco la vida va tomando su rumbo, nos va dando cada vez más sabiduría, vamos creciendo hasta llenarnos de paz, pero por sobre todo nos va enseñando la fuerza y el poder de amar.
                                                                                 

23 de Abril, 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario